MARIA ROCIO STEVENSON - (ROCHI)

Por fin está donde quería, en la televisión. Para lograrlo, venció la timidez, los kilos de más y la tristeza que le dejó la repentina muerte de su padre cuando era una niña. A los 23 años, después de tres reinados de belleza, tiene claro que su meta es estar entre las grandes presentadoras colombianas. Sigue su destino a costa de un gran sacrificio: estar lejos de Cartagena, su ciudad natal. Allí todo era un cuento de hadas. Vivía en Manga, una isla de mansiones, con sus padres y sus hermanos, lleana y Carlos Guillermo. Todos la consentían por ser la menor. Al llegar a la casa, su padre, el economista Carlos Stevenson, la sentaba en sus piernas para que le contara cómo le había ido en el colegio. Él, descendiente de escoceses, era la persona más importante de su vida y siempre le daba consejos para triunfar, que todavía practica: Ser sencilla y cultivar la vida interior.

Pero hace 9 años la felicidad de la familia se trocó en tragedia cuando su papá fue asesinado en asalto callejero en Cartagena. María Rocío entraba en la adolescencia. La pérdida la ayudó a madurar. Empezó a estudiar derecho en la Universidad San Buenaventura de su ciudad. Las cosas no siempre eran fáciles en su hogar y por eso le gustaba sostener sus gastos trabajando en congresos como modelo y presentadora. Ahí descubrió que lo que quería realmente era ser comunicadora social, así que se matriculó en esa carrera en la Universidad Jorge Tadeo Lozano. En 1999, otro hecho inesperado cambió su destino. Su mamá fue elegida Señora Cartagena y, como es costumbre en este concurso, sus hijos desfilaron con ella. Adalgiza de Raad, esposa del gobernador de Bolívar, vio a María Rocío y la postuló para representar al departamento en el Concurso Nacional de Belleza del año 2000. Al poco tiempo, la nombraron Señorita Bolívar por decreto.

Se creía que su baja estatura le restaría puntos, pero ocupó el segundo lugar después de Andrea Noceti. El año de su virreinato pasó inadvertida para la prensa, pese a que estuvo a punto de ser Miss Internacional 2001, en Tokio, Japón. El desquite estaba cerca. Meses después fue elegida Miss Suramérica en Bolivia. Después de un maratónico viaje de dos días, pudo estar en la velada de coronación de la Señorita Colombia 2001-2002 en Cartagena, para despedirse de su reinado. En el escenario Carlos Vives, su primo lejano, la hizo llorar cuando le dedicó especialmente una canción, recordándole que en el más allá su padre debía estar muy orgulloso. Rochi, como le dicen, está de acuerdo. Ahora anda atareada con sus clases de comunicación social en la Universidad Sergio Arboleda, haciendo comerciales de televisión y modelando. Vives la escogió como la musa del video de su canción Luna Nueva. Lo que más le exige tiempo es su trabajo como presentadora de Así, así, en el ca nal Caracol. A veces patalea y llora porque el trabajo no es fácil o se siente sola en Bogotá. De refuerzo le llegan las enseñanzas de su padre: seguir adelante y no perder nunca su fe.